Hay un concepto que trae Darren Hardy en su libro sobre como alcanzar el éxito personal. Es un concepto que es tan antiguo como los sumerios hace más de 4,400 años, Rothschild decía que era la octava maravilla del mundo y Einstein se refería a ello como la fuerza más poderosa del universo.
La primera vez que escuche de este concepto tenía 45 años.
En fin, si hay algo hermoso de está época es que la información circula, ahí está al alcance de todos. Ya no se trata de si lo escuchamos o no, alguna vez. Más bien se trata, de cuanta información somos capaces de encarnar al mismo tiempo.
Te voy a contar porque es tan importante que encarnes está idea, no sólo en el terreno de la finanzas sino para tu vida y éxito personal.
El efecto compuesto apunta a que el éxito en nuestra vida se parece más una maratón, que una carrera. Tendremos altibajos, pero la clave está en las pequeñitas acciones diarias que acabarán por acumularse y generar un gran impacto a largo plazo.
La idea de que el éxito se logra a través de epifanías radicales, momentos súbitos de iluminación, es más reduccionismo hollywoodense que gatilla nuestra naturaleza perezosa y nuestra falta de perspectiva. Esperamos soluciones inmediatas y no somos conscientes del enorme poder que puede tener la acumulación en nuestras vidas. Todos conocemos a alguien que haciendo x, sin esfuerzo, de un día para otro, saco la pelota del estadio. ¡No es cierto! De mil maneras esas historias no describen el éxito que más abunda allá afuera, no perdamos energía en eso. No nos embriaguemos con esas historias.
Si hay algo que deseas (y no me refiero a resultados que están al alcance de todos) serás testigo de la distancia entre donde estas y esos resultados, sabrás que debes ser capaz de jugar en otra liga. Y si tienes la humildad suficiente, reconocerás que vas a necesitar transformarte: ir más allá de tu forma y posibilidades actuales. ¿Cómo luece eso? Vas a necesitar armarte de un equipo de competencias que hoy no traes y probablemente en el proceso se va alterar tu perspectiva de lo que es posible. Entrarás al terreno de lo que no sabes que no sabes…
La disposición que debemos permitir que suba a ese colectivo es que nunca pierdas de vista dos cosas:
La genialidad de ciertas personas muchas veces no es más que testimonio de este fenomeno acumulado a lo largo de los años.
Una buena forma de ilustrarlo es la enseñanza que nos deja el bambú japonés. A una semilla de este cañamo le toma 7 largos años desarrollar un sistema radicular bajo tierra. Y sólo despues, cuando finalmente sale a la luz el primer verdor, en sólo 6 semanas es capaz de crecer 30 metros.
Somos traidos al presente desde la persona que fuimos y el futuro, es un reflejo amplificado en el mejor de los casos de ese pasado. Esta perspectiva padece de cierta arrogancia cognitiva. Que nos resulte contraintuitivo un crecimiento exponencial y sin evidencia, habla más bien de lo que nuestro bagaje biológico nos permite entender. La noción exponencial, es un hecho natural aunque nuestra capacidad de comprender dicha complejidad sea algo que se nos escape.
Tengamos paciencia, seamos constantes y disciplinados en dirección a nuestros objetivos. Verás que con el tiempo hay un efecto compuesto, una reacción en cadena que aún no eres capaz siquiera de anticipar. Hay hábitos y competencias que se irán cimentando y automatizando. Lo que hoy requiere tu atención, energía, voluntad, motivación, luego se convierte en algo automático y ya es parte de tu estándar. Tendrás entonces tu atención en otras cosas, pero ya no estarás más operando desde el contexto anterior con lo cual el apalancamiento ulterior traerá resultados que en el pasado no eramos capaces de imaginar.
El mayor error que cometemos es creer que lo que hoy nos cuesta, y a veces nos traen resultados que no guardan relación con el esfuerzo, mañana también será así. Todos somos igual de capaces, pero no todos estamos operando desde el mismo contexto. Necesitas estirar tu contexto y la única manera de lograrlo es con acciones repetidas a lo largo del tiempo. No te fies de aquellos exabruptos repentinos de motivación y genialidad, ellos no te llevarán a donde estás queriendo ir.
Deja que macere, y recién después de 6 meses, si quieres, levanta la cabeza y preguntate si has notado algo nuevo. Si quieres ganar volumen de juego, a los 3 meses, puedes agregar otra acción a tu orquesta del éxito. Eso sí, ¡No te leciones! Recuerda que estás recién allanando el terreno. Confía y ya deja de correr y pensar como una liebre. Se tortuga y no dejes de caminar hacia tus objetivos.